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La Asociación Médica Mundial aprueba una resolución del CGCOM sobre los riesgos de las pseudoterapias en el campo de la salud

09/11/2020
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La Asamblea Médica Mundial (AMM), en su 71ª Asamblea General, Córdoba 2020, ha aprobado una Declaración sobre pseudociencias y pseudoterapias en el campo de la salud. La iniciativa, impulsada desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), recoge que las corporaciones profesionales médicas, las sociedades científicas, las asociaciones de pacientes y las autoridades nacionales deben de llevar a cabo una campaña de concienciación pública sobre el riesgo de las pseudoterapias y las pseudociencias y reclama una regulación adecuada y rigurosa acorde con las mejores prácticas que aborde los riesgos y reduzca los daños potenciales que puedan ocasionar las pseudoterapias y las pseudociencias.

El Dr. Jerónimo Fernández Torrente, coordinador del Observatorio contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias de la OMC, tesorero del CGCOM e impulsor de esta Declaración que ha conllevado más de dos años y medio de trabajo, destaca que el texto deja “constancia clara de que el sentir de la profesión médica, en su conjunto, es unánime y firme en contra de estas propuestas, es importante de cara a unos charlatanes que se nutren del silencio de los que saben” - y añade que - “refuerza la conveniencia de iniciar acciones legales y de denuncia expresa a los poderes públicos de estas actuaciones que, en el caso de profesionales sanitarios es la aplicación inmediata de los artículos que correspondan de los Códigos de conducta y deontología profesional que son normas de obligado cumplimiento”.
La Declaración de la AMM recoge que el ejercicio médico precisa un fundamento en la mejor evidencia probada científicamente, disponible y actualizada. Las diferencias entre la medicina convencional y otras prácticas que no están sustentadas en la evidencia científica configuran el complejo universo de las pseudociencias y pseudoterapias.
Las pseudociencias y las pseudoterapias constituyen un sistema complejo de teorías, suposiciones, afirmaciones y métodos considerados erróneamente como científicos, pueden hacer que algunos pacientes perciban una relación de causa-efecto entre las pseudoterapias, su utilización y la percepción de mejora, por lo que pueden ser muy peligrosas y son poco éticas.
Existen terapias y técnicas aceptadas por la comunidad científica que, utilizadas con carácter complementario (como terapias nutricionales, de confort o bienestar, ambientales y de relax, de apoyo o refuerzo psicoterápico, de afectividad y el uso de placebos), aportan beneficios a la terapia médica principal validada y efectiva.
La mayoría de los países no disponen de un marco regulatorio para estas pseudoterapias, lo que ha permitido su proliferación. En el pasado, la profesión médica las consideraba inofensivas debido a su supuesta falta de efectos secundarios, pero actualmente ya existen suficientes pruebas que sugieren que pueden suponer un peligro para la seguridad del paciente.
Las pseudociencias y las pseudoterapias pueden comportar importantes riesgos y daños potenciales porque los pacientes puede que abandonen las terapias médicas o medidas de prevención que se han demostrado efectivas por prácticas que no han demostrado valor curativo, y esto a veces puede ocasionar fracaso del tratamiento en enfermedades graves, que pueden provocar incluso la muerte.
También pueden producir daños económicos a los pacientes, traumas físicos y psicológicos, así como retrasos peligrosos y pérdida de oportunidad en la aplicación de fármacos, procedimientos y técnicas reconocidas y avaladas por la comunidad médica científica. Además, las terapias no probadas pueden contribuir al encarecimiento de los procesos asistenciales.
Todos los nuevos métodos diagnósticos, preventivos o terapéuticos deben probarse de acuerdo con métodos científicos y principios éticos para determinar la seguridad, la eficacia, la efectividad y el ámbito de aplicación.
El médico tiene el deber de prestar a todos los pacientes una atención médica de calidad basada en la mejor evidencia científica disponible, como refiere la Declaración de Ginebra de la AMM y el Código Internacional de Ética Médica.
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